La temperatura del cultivo es un factor determinante muy importante. Si la temperatura de crecimiento no es la correcta, la planta crecerá menos o nada.
La ciencia ha descubierto que la mejor temperatura alrededor de la hoja es 24˚C para cada cultivo para un crecimiento y floración máximos día y noche.
Durante el día la planta produce energía para crecer (asimilación) y por la noche la planta utiliza energía para crecer (respiración).
El arte de cultivar consiste en conseguir que la planta produzca la mayor cantidad de energía posible durante el día y utilice la menor cantidad de energía posible durante la noche.
Podemos estimular esto durante el día añadiendo un poco más de CO2 y lumen (luz) y estimulando la evaporación debajo de las hojas (en plantas adultas) mediante el uso. circulación aérea. Por supuesto, tenga cuidado con la alta evaporación.
El mayor crecimiento es donde la brecha entre asimilación y respiración es mayor. Sin embargo, si la temperatura fuera 3˚C más alta que la óptima durante el día (27˚C), para obtener el mismo crecimiento óptimo durante la noche, la diferencia podría reducirse también de 3˚C a 21˚C.
Sin embargo, la temperatura nunca debe bajar de los 20˚C día y noche, porque con una temperatura inferior a 20˚C aparecerá una deficiencia de fósforo.
Cuanto más fría sea la temperatura por debajo de los 20 ˚C, más difícil será el transporte del fósforo.
Esto también se aplica a la temperatura del suelo.
Cuando la temperatura sube demasiado, las plantas comienzan a vaporizarse más para mantener una temperatura viable. La planta necesitará más agua.
Con la hidroponía a menudo ves que la planta tiene suficiente agua, pero con el calor crea flores grandes y esponjosas.
Esto ocurre cuando el valor nutricional (CE) es demasiado alto en el agua. La planta necesita perder calor y, por lo tanto, creará una superficie más aireada cerca de la flor para perder calor.
Esto se puede solucionar fácilmente bajando la CE del agua.
